domingo, 26 de junio de 2011

El vuelo de las mariposas -4.- Mariposa Herida-



Capitulo 5.
Mariposa herida

Mi vida seguía su curso normal, mi relación con Urara era solida, mi hermana había aceptado ya la realidad, el hecho de que yo estaba teniendo una relación con otra persona de mi mismo sexo, convivía con Urara, y la veía ya como parte de la familia, mi pequeña familia había adoptado a Urara como un miembro más.
Seguía esperando a mi Urara en la estación de trenes donde nos habíamos visto la primera vez, nos veíamos ahí cada  día, siempre, llegaba me daba un pequeño beso, me tomaba de la mano, y esperábamos que el vagón se detuviera sin que nada nos importara, únicamente sentíamos que ella y yo permanecíamos en la estación, subíamos y nos sentábamos o permanecíamos paradas tomando las colgaderas de los vagones, salíamos ir a tomar té, en ocasiones tomábamos camino a un parque donde entre la maleza manteníamos un lugar recóndito y escondido, para poder amarnos libremente sin que nadie nos perjudicara, o en definitiva íbamos a casa de alguna a ver películas y pasarla juntas.

En una ocasión salí más tarde de clases, por cuestiones de un examen extra que el profesor de arquitectura gótica había dejado por cuestiones de venganza contra el grupo, salí apresurada del salón, marque al celular de Urara, pero no contestaba, me preocupe por el hecho de que ella había podido a verse molestado por mi prolongada ausencia a la hora acordada, cuando bajaba por los escalones, me encontré con varios estudiantes de la facultad, quienes comentaban un hecho lamentable que había ocurrido por la estación que yo frecuentaba, salí a los pasillos de la universidad y en ese momento me encontré con una de mis compañeras –¿supiste lo que ocurrió Mikage-chan?-, -no, ¿Qué paso?-, le mire de forma rápida mientras acomodaba mis libros en mi bolsa – el accidente que ocurrió en la estación de la línea Kanda, la que está cerca de aquí-, me sorprendí un poco por el hecho de que ese “chisme” me lo contaran de forma un tanto presuntuosa –atropellaron a una chica mientras cruzaba la calle para bajar a la estación, yo la vi, su cabello era corto, de tez delgada, muy linda, pero el auto la envistió de forma brutal, creo que murió instantáneamente-, me quede congelada, tal vez en un solo segundo sentí como si se extendiera a la eternidad, <Urara, mi Urara>, deje a mi amiga hablando sola y salí corriendo de la universidad, corría como loca, chocando entre la gente, y ahí estaba aun la conmoción, y el llanto de algunas personas que habían visto lo ocurrido, una ambulancia, y algunas patrullas alejando a los curiosos de donde se encontraba el cuerpo de la joven sin vida, rápidamente me cole entre la gente, y me acerque para poder ver su rostro, pero… ya mantenían el cuerpo cubierto con una sabana, de repente me entro una desesperación al no saber si era mi Urara, al momento sentí como alguien me tomo por la colgadera de mi bolsa y me jalo hacia atrás, voltee frunciendo el seño, y era mi Urara –No me veas así, ¿estás molesta?-me dijo mientras me miraba con su rostro tierno, me di la vuelta y la abrace –pensé que eras tú, me describieron a una chica idéntica a ti, me asuste mucho-,-ahí Mikage, ¡no!, estoy bien… ¡mírame!, además no puedo dejarte sola nunca- la bese en la frente y tomándola de la mano comenzamos a caminar.

-hoy no me apetece ir en metro, quiero caminar ¿podemos?-,-¡claro!- estar con Urara era como estar con una niña, pedía las cosas de una forma tan inocente y tierna que en ocasiones sentía que yo lidiaba a una niña, como una madre con su hija.
Permanecí con ella en el parque hasta que la puesta de sol se avisto a lo lejos, tomamos nuestras cosas y comenzamos a caminar hacia la salida al parque, cuando unos tipos se acercaron a nosotras, tratando de parecer galantes para conquistarnos, eso nos ocurría a menudo, pero cuando se fijaban bien  que éramos pareja, era como si  nosotros fuéramos aceite y ellos moscas, se alejaban de inmediato, pero esta vez no ocurrió así, Urara me tomo de la mano y comenzamos a caminar rápido, pero los tipos seguían nuestros pasos, nos acercamos a donde se encontraba un policía y Urara le dijo que nos seguían dos individuos, el policía nos acompaño hasta la entrada de la estación, percatándose de que los tipos no nos siguieran, esperamos el tren, y cuando dejaba a Urara subir primero al vagón, vi a los tipos que nos seguían, y ellos entraron por otra puerta del vagón, Urara se sentó, y yo permanecí frente a ella, el vagón iba un poco vacio, así que lentamente se acercaban a nosotras, uno se sentó a un lado de Urara y el otro permaneció a un costado mío, , me sentía totalmente acorralada, Urara me miraba nerviosa, mientras el tipo que permanecía sentado a un costado de ella la miraba, y respiraba sobre su hombro, el tipo que estaba a un lado mío únicamente me observaba, Urara comenzó a ponerse muy nerviosa y comenzó a temblar, el tipo únicamente tocaba su cabello, y lentamente toco la pierna de Urara, sentía que la sangre que corría por mis venas se convertía en fuego, el vagón se detuvo, y la poca gente que había no se percataba de lo que ocurría, Urara trato de levantarse, pero el tipo la volvió a sentar, en ese momento, en un descuido, avente al tipo que estaba  a un lado de mi, y tome a Urara rápidamente, salimos corriendo del vagón, pero uno de los tipos tomo la bolsa de Urara, las puertas del vagón se cerraron, y los tipos permanecieron dentro, mientras Urara y yo corríamos para salir rápido de la estación.

Esa noche Urara no quería quedarse sola en casa, ya que su dirección y objetos personales iban en la bolsa, se quedo en mi casa, en mi recamara, y yo opte por quedarme en la sala, Eriko y Hitoshi ya vivían juntos así que mi hermana no había puesto objeción al hecho que Urara se quedara en casa. Cuando las luces de la calle en madrugada comenzaban a avisar en los ventanales de la sala escuche entre sueños que alguien me hablaba, era Urara –Mikage, no puedo dormir, tengo miedo de que den conmigo esos tipos- me levante del sofá y la abrace, me senté en el sofá de nuevo y ella a un lado mío, abrazándome, y yo acurrucándola en mi pecho, y así permanecimos, mientras yo tocaba su cabello, hasta que hubo un segundo en donde ella me miro a la cara, de una forma tan especial que hizo que se enchinara por completo mi piel, la tome de la barbilla y la bese, sus manos se colgaron de mi cuello, y yo la tomaba del rostro, besándola con pasión, sintiendo sus labios totalmente míos, el tiempo pasaba y solo la miraba a los ojos y la volvía a besar, quería ser para ella tanto como ella lo era para mí, pero pudo mas mi vergüenza al detenerme a la pasión, y solo la bese, la bese tantas beses como pude, hasta que caímos dormidas juntas en el sofá, pero aunque no nos hayamos entregado a la pasión, el que ella estuviera a mi lado, era lo único que me importaba, ese amor limpio que con el solo hecho de mirarnos, era como entregarnos la vida completa.
La mañana siguiente fuimos a casa de Urara, la habían robado al parecer los mismos tipos que nos habían seguido, informamos a las autoridades, la policía fue a la casa de Urara, y sacamos ropa y lo indispensable para que Urara viviera en casa mientras se solucionaba el hecho.

Al momento de el hecho tan doloroso que nos había ocurrido, en parte, yo estaba feliz, porque Urara vivía conmigo, y permanecíamos juntas casi todo el día, exceptuando las horas de universidad y las horas del trabajo, pero por las noches la veía, y era como ver series americanas donde existe una familia feliz, por fin sonreía de nuevo al hecho de que tenía mi familia, una pequeña y hermosa familia.



[Continuara…]

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