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lunes, 22 de agosto de 2011

El Hilo Rojo Del Destino -Capitulo 3-


Capitulo 3.
Pasaron dos días después de lo ocurrido, Hitomi llamaba a mi casa, pero prefería que mi madre le dijera que no estaba que estaba en la universidad, o trabajando en el invernadero de mis abuelos, en mi casa no sabían lo que ocurría pero suponían.

Mi pobre Michi ya no tenía alimento así que mi hermana me invito al centro comercial, así me distraería un poco, mientras íbamos en el auto mi hermana comenzó a preguntarme qué era lo que me pasaba, pero no le dije nada, respeto mi silencio, llegamos al centro comercial, compramos leche para Michi y comenzamos a ver ropa en tiendas, mi hermana trabajaba en una oficina así que tenía que comprar trajes para el trabajo, me perdí un poco de mi hermana y fui a comprar un helado, cuando iba saliendo vi a Kyoichi del otro lado de las escaleras del centro comercial, el me vio e hizo un gesto de tristeza, yo solo lo vi, trate de saludarlo, pero no pude y baje la mano de inmediato, me di la vuelta y lo más pronto que pude me aleje, camine al estacionamiento, escuche que me llamaban, pero no voltee, entre al elevador para subir a donde estaba el auto, suspire con un poco de alivio, yo no quería verlo, me sentía demasiado confundida como para hablar de nuevo con él; cuando el elevador se detuvo, las puertas se abrieron y ahí estaba el, me asuste al verlo, me tomo de la mano y me saco del elevador, trataba de soltarme pero él me apretaba demasiado la mano como para poder hacerlo, nos alejamos a una orilla del estacionamiento, me puso frente a el  y rodeo mi cuerpo con sus manos apoyándolas en la baranda.

-¿Por qué no quieres verme? ¿Por qué no me contestas las llamadas? dímelo- la expresión de su rostro era de enojo, pero sus ojos mostraban sentimiento, no podía contestarle, no sabía que decirle y únicamente apartaba la mirada, -¡Dímelo!- su insistencia era demasiada, estaba molesto, y yo solo comencé a derramar unas cuantas lagrimas, no sabía decirle que lo quería, pero que no podía estar con el por el hecho de que era el novio de una buena amiga –Nada, solo ya no te quiero ver ya, ¿estás contento? ya lo dije, déjame en paz-, su rostro de enojo se torno en un rostro de sorpresa, mientras yo sentía por dentro que me quebraba como un débil cristal, quite sus manos y comencé a caminar lejos de él, mientras decía <<Jamás creí que tú fueras así>>, y se dio la vuelta caminando de nuevo al ascensor,  el remordimiento de conciencia me invadió, y voltee a él, no podía más se lo tenía que decir, lo tenía que gritar hasta que sin que yo lo supiera se lo dije –No es verdad, yo no quiero alejarme de ti, tu significas mucho para mí, perdóname- corrí hacia el abrazándolo de la espalda, mientras sentí sus manos cubriendo las mías, se dio la vuelta y el también me abrazo, y sus ojos se cristalizaron igual, pero no salieron de ellos ni una lagrima, beso mi frente, y me acurruque en sus hombros, no quería que ese momento se acabara, pero comenzó a sonar su celular y era Hitomi, contesto, pero no dejo de soltar mi mano,  colgó la llamada y me dijo que nos viéramos por la noche en el bar de siempre, beso mi mejilla y yo la de el, y se alejo dejándome a mí para ir con Hitomi, “Okuno”, voltee a todos lados, y era mi hermana, se acerco a mí y me abrazo, entramos al auto y emprendimos la marcha a las casa.


Por la noche mi hermana me dejo en el bar, entre y me acerque a la barra, pedí una cerveza, no era afecta al alcohol, pero ese día tenía la sensación de beber. 
Los minutos comenzaron a pasar, y el no llegaba, hasta que sentí que alguien toco mi hombro por detrás, voltee de repente algo ilusionada pensando que era él, pero no, ahí permanecí un buen rato, hasta que sin darme cuenta se sentó a mi lado, -Kyoichi pensé que no vendrías-, le dije un tanto triste-Lo lamento, no pude escaparme antes-, al escuchar eso pues me sentía con un tanto de culpa, pero en si no tenia porque sentirme así, ya que yo no le había declarado a Kyoichi mi amor, ni él a mí, permanecimos en el bar, hablando: -Tal vez ya nos veamos con frecuencia como antes, pero seguimos siendo amigos ¿o no?-, -¡Claro! siempre seremos amigos, aunque sabes, me es algo incomodo cuando esta Hitomi con nosotros-, no pude evitar sorprenderme yo misma por lo que había dicho, a tal grado llegaba mi cinismo de casi decirle que lo quería ver solo a él -Si, Hitomi es algo diferente a nosotros-, sonrió y bebió su cerveza, mire el reloj y mire que ya era demasiado tarde, comenzamos a caminar a mi casa, cuando se paro frente a mí y dijo: -¿te parece que salgamos un día por la noche?- me sorprendí un poco y afirme con la cabeza y sonreí-Podemos ir a el invernadero de mis abuelos,¿ te gustaría?-,-¡Claro que sí!, pero que sea por la noche, se verá espectacular-, sonreí al verlo emocionado y comenzamos a caminar de nuevo perdiéndonos en las luces de la calle.



de:Janet López
[Continuara...]

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